KPMG, salpicada por una denuncia por la venta de una firma vinculada al fraude del diésel
El escrito sospecha de un informe de la consultora que ayudó a evitar parte del pago de una empresa a su cliente

Alejandra Svriz
Una macrodenuncia contra dos grupos petroleros, Buran Energy y TCM Investors, apunta a la consultora KPMG. Un escrito que se encuentra en el Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional y al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE apunta a que la consultora ayudó (a través de un informe en 2022 que le encargó Klebert SA, la parte compradora) a no pagar 2,9 millones de euros por la empresa ODT (Oil Distribution Terminal) a los vendedores.
ODT se encontraba en el año de su primera venta (2019) en concurso de acreedores. Se habían invertido 14 millones de euros en las terminales y estaba valorada en 17 millones de euros. Según la denuncia, ese año se pactó la venta de la empresa por 9,8 millones de euros al Grupo Buran, controlado en ese momento por Antonio José Durán, José Santos (padre) y José Santos (hijo), investigados por la Audiencia Nacional por un presunto fraude de hidrocarburos.
Estos eludieron el pago y, meses después, en septiembre de 2021, vendieron el Grupo Buran (incluyendo ODT) a Klebert SA, controlada por los empresarios Tirso Tomás y José Luis Cuervo (que se encuentran al frente de TCM Investors), a pesar de que ODT tenía un pago pendiente a los vendedores fundacionales y una deuda de 19 millones de euros que arrastraba la compañía.
Según el escrito, en 2019 se acordó que la venta de ODT se llevaría a cabo por medio de dos pagos (uno fijo y otro variable) siendo el último condicionado al ebitda de la empresa (beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) en 2021. Buran Energy, ya controlada por Cuervo y Tirso Tomás, evitó el último pago tras encargar a la consultora KPMG un informe de experto independiente que les sirvió para no desembolsar los 2,9 millones de euros que se pedían.
El informe de KPMG, cuya elaboración concluyó el 8 de abril de 2022, está en el foco de la denuncia. Según el escrito, el documento genera sospechas y afecta directamente al cálculo que sirvió a los compradores para evitar el segundo pago. Este estaba condicionado a lograr un ebitda de 1,9 millones de euros en el año 2021 (que se calculaba según los ingresos que hubiese menos los gastos que ya había en 2019). De esta forma, y según se denuncia, se obviaron circunstancias extraordinarias que tuvieron impacto por el lado de los ingresos y que no se especificaron en los gastos, lo que hizo que el ebitda resultante fuese solo de 1,05 millones de euros.
El polémico informe
De esta forma, la consultora contratada hizo una comparación entre el año 2019 (año de la venta) y 2021. Según se desprende de la denuncia, por el lado de los ingresos el informe resta importancia a que ODT fuese dada de baja en el depósito fiscal en 2021 (lo que impide vender combustible al exterior) durante varios meses, lo que hizo que los clientes de la empresa no pagaran y se redujera de forma drástica la facturación de ese año.
Por el lado de los gastos, KPMG incluye la siguiente frase al principio de su informe para hacer la comparativa entre 2019 y 2021, y que los denunciantes consideran que se incumple: «La determinación del ebitda excluye cualesquiera gastos que no existieran con anterioridad a la fecha de la firma». Una frase que para los denunciantes no se aplica porque la consultora no especifica por facturas concretas, sino a través de capítulos genéricos de gastos que abren la posibilidad de incluir gastos ocultos. «No se ajusta a lo estipulado ni tiene la diligencia que se espera de KPMG», sentencian.
La denuncia, de momento, no se ha admitido a trámite en la Audiencia Nacional, y el caso sigue bajo secreto de sumario. Fuentes conocedoras del mismo apuntan a varios meses hasta que se abra. Por otro lado, fuentes del sector de la auditoría remarcan que los informes independientes son menos específicos y profundos que un trabajo de auditoría de una empresa y que se suelen basar a partir de las cuentas anuales auditadas de una compañía.
Un aspecto clave de la denuncia es que Klebert SA vendió ODT a Wiredbase SL sin el consentimiento de los primeros vendedores. Una operación que se trató de encubrir en el encabezamiento del burofax al que se envió el informe de KPMG (que no dependía de la consultora, sino de Klebert SA) usando en el remitente el nombre de la empresa ODT, cuando ya había sido vendido a Wiredbase SL en dos fases (diciembre de 2021 y febrero de 2022). Además, la calle que aparece ya no estaba asociada tampoco a esa empresa. Por otro lado, desde la primera página hasta la última del informe de abril de 2022, KPMG usa el nombre de Buran Energy SL pese a que hacía ya varios meses que ODT había sido vendida a Wiredbase SL.
«Jugada maestra»
Según la denuncia, no solo la parte vendedora no recibió los 2,9 millones de euros de la venta, sino tampoco la caja de la empresa (en la que había 831.651 euros) y una deuda de un acreedor, llamado ICSM, (que era de 275.870 euros). Por último, cabe mencionar que se solicitó el concurso de acreedores de Buran Energy el 13 de octubre de 2022 (tan solo 79 días después de venderla a Wiredbase SL).
«La jugada es maestra. Desde el grupo Buran, y a través del entramado societario constituido por Klebert SA, Wiredbase SL, TCM Investors y Biomar Oil (que son la misma organización), pagan 500.000 euros por Buran Energy SA y no pagan por autotrasmitirse ODT fuera del grupo Buran Energy a Wiredbase SL, ya que pagan 853.200 euros de la caja de ODT. Es decir, compran pagando con el dinero del grupo Buran Energy y tampoco pagan a los acreedores de Buran Energy, solicitando concurso de acreedores y dejando un déficit solo en la matriz de 19 millones de euros. Por último, tampoco pagan al vendedor-denunciante los 4,1 millones de euros del segundo pago. En definitiva, se quedan con ODT libre de polvo y paja por 500.000 euros (que ni siquiera está claro que hayan pagado)», concluye la denuncia.