El núcleo de Waterloo implosiona: Valtonyc desliza que Comín es un corrupto
El Parlamento Europeo no ha aceptado por el momento su escaño y se postula para presidir el Consell de la República
Toni Comín, Carles Puigdemont y Clara Ponsatí. | Europa Press
La división entre ERC y Junts ha impactado de lleno en Waterloo. La llamada «casa de la República», en la que vive Carles Puigdemont, fue también espacio de trabajo y colaboración entre el resto de fugados de la justicia española, como eran Clara Ponsatí, Toni Comín, Lluís Puig, Meritxell Serret y el rapero Josep Miquel Arenas (más conocido como Valtonyc). Ahora, aquel núcleo ha implosionado y no queda nada de este frente exterior. El último enfrentamiento se ha producido después de que Valtonyc haya deslizado que Toni Comín es un corrupto: «Recomiendo alejarlo de cualquier organización. Lo que ha salido en los medios es solo la punta del iceberg».
El rapero mallorquín, que regresó a su ciudad natal tras prescribir la pena de prisión a la que fue condenado, hace referencia a las informaciones que aparecieron sobre los presuntos gastos irregulares por parte de Comín para sufragar su estilo de vida. Una auditoría del Consell de la República, el ente con sede en Bélgica que actuaba como una suerte de Gobierno paralelo controlado por Puigdemont, estableció que el exconsejero de Sanidad pagó sus vacaciones con el dinero destinado a parar la «represión política». Se trata de fondos que los ciudadanos independentistas fieles a la causa aportaron con el fin de que Puigdemont y el resto de dirigentes fugados pudieran denunciar al Estado desde el corazón de la Unión Europea.
El candidato de Junts al Parlamento Europeo, que se encuentra a la espera de si la Eurocámara acepta su escaño, nunca ha aceptado las acusaciones y sostiene que los pagos fueron en concepto de representación del ente. No opina igual, sin embargo, Valtonyc, quien le conoce bien tras convivir juntos siete años en Waterloo.
En un apunte desde su cuenta de X (Twitter) ha criticado su candidatura a presidir el Consell de la República: «He vivido siete años con él y, si la experiencia puede servir de ayuda, recomiendo alejarlo de cualquier organización. Lo que ha salido en los medios es solo la punta del iceberg. Algunos podrían denunciarlo pero, en este país, las responsabilidades solo se piden de puertas afuera».
Posteriormente, Valtonyc ha eliminado el mensaje, pero en otro comentario ha asegurado haberlo hecho porque «su mensaje había llegado a quien tenía que llegar». Y ha insistido: «Besos a todos, menos a quienes se quedan el dinero de las tietes», en referencia a las mujeres de mediana edad que apoyan el independentismo.
Auditoría por gastos irregulares
Una auditoría de la entidad determinó que Comín empleó 15.530 euros de los fondos del Consell de la República para pagar gastos personales, como contratar un coche de alquiler, abonar tarifas de párking o alquilar un apartamento. Según esta auditoría, habría sacado cantidades de dinero en efectivo de hasta 6.000 euros y usó fondos de la caja del Consell de la República para pagar multas de tráfico.
Este viernes, además, el Consejo de la República ha denunciado «presiones» de Comín al auditor y ha confirmado los gastos «injustificados». «La junta considera que tiene la obligación de comunicar, por un lado, que ha tenido conocimiento de las presiones y requerimientos verbales y escritos a los que ha sido sometido el auditor, Sr. Miquel Verdaguer, con el objetivo de que modificara, a demanda, el contenido relativo a los gastos del ex vicepresidente».
De Serret a Ponsatí
Las acusaciones de Valtonyc forman parte del último episodio de una historia de desencuentros. Hace años que las riñas entre independentistas se trasladaron también a Bélgica. Uno de los primeros acontecimientos que pusieron de manifiesto esta división fue cuando Meritxell Serret decidió volver a España y ponerse a disposición del Tribunal Supremo.
Una de las cuestiones que motivó este regreso fue el cambio de estrategia judicial que ERC adoptó respecto a Junts per Catalunya. Serret dejó de confiar en el abogado Gonzalo Boye y un abogado cercano a Bildu, Íñigo Iruin, lideró su vuelta a España.
Otro de los capítulos críticos fue cuando Clara Ponsatí arremetió contra Puigdemont por pactar con el PSOE tras las elecciones generales del 23 de julio. En un artículo, tachó de «menosprecio a la gente que le confió y protegió» dicha decisión. Las declaraciones de la exconsejera de Educación añadían leña al fuego: anteriormente, usó la sentencia del Tribunal General de la Unión Europea, que les retiraba la inmunidad parlamentaria, para pronunciar un discurso muy duro ante la plana mayor de Junts.
