El Gobierno ha reprochado reiteradamente al Partido Popular su «oposición destructiva» y su «alarmismo» en materia de pensiones. Desde la Moncloa, se ha insistido en que la dignidad y la actualización de las prestaciones están aseguradas, que los jubilados cuentan con un marco legal que garantiza su percepción y que el sistema es, en suma, sostenible.
Pero, ¿qué significa exactamente sostenible?
Desde luego, no que el sistema sea autosuficiente.
En 2023 el Estado tuvo que trasvasar desde los Presupuestos Generales a la Seguridad Social más de 15.000 millones de euros para que pudiera hacer frente a las obligaciones de naturaleza contributiva. Es decir, el dinero ya no llega ni para pagar a los jubilados.
Pero es que si a ello sumamos los llamados «gastos impropios», es decir, todos aquellos que el sistema ha ido asumiendo para costear las promesas de los políticos, como el ingreso mínimo vital, la atención a la dependencia, etcétera, etcétera, etcétera, el déficit se dispara hasta los 38.000 millones.
La actual ministra de la Seguridad Social, Elma Saiz, alardeaba hace poco de que el sistema había superado con éxito el examen de la AIReF, pero ¿se puede hablar de éxito cuando persiste un déficit tan abultado?
Y ello a pesar de que las afiliaciones están en cifras récord y de que, además, se han incrementado los tipos de cotización. ¿Qué pasará cuando el ciclo expansivo se agote y la recaudación tributaria se resienta, algo que inevitablemente llegará?
El panorama no es como para echar las campanas al vuelo, pero eso no significa que el Gobierno mienta cuando dice que los jubilados pueden estar tranquilos y que sus prestaciones están garantizadas. Por supuesto que lo están, no me cabe la menor duda. Son demasiados votantes como para tocarles el bolsillo.
Ahora bien, para que siga habiendo dinero para las pensiones, tendrá que haber menos dinero para la sanidad, para la justicia, para la defensa, para la educación, para la red eléctrica, para el transporte ferroviario…
Los jubilados pueden estar tranquilos. Las pensiones no corren peligro. Lo que corre peligro es todo lo demás.
